Después del inicio de la
temporada NBA y ver la irrupción de Ricky Rubio en la liga americana me viene a
la cabeza todo lo que se ha llegado a escribir durante la última temporada en
España sobre su rendimiento. Se ha llegado a publicar hasta que era un “bluf”.
Estamos en un país en el
que enterramos a la gente con la misma facilidad que la encumbramos. Es un
ejercicio que hacemos constantemente y que no produce ningún beneficio para
nadie. Cuando surge una figura sea del deporte que sea y tenga la edad que
tenga, primero se le compara con alguien, luego se le sube a los altares y en
el momento en el que deja de rayar a gran altura o sufre un pequeño bache se le
crucifica hasta hundirlo en el fondo del barrizal.
Ricky ha venido
demostrando desde la base lo que puede llegar a hacer en este deporte. Cuando
jugaba en equipos en los que todos sus compañeros eran mayores que él y marcaba
diferencias en la competición todo el mundo se apuntaba al carro de lo bueno
que era y lo que podía llegar a ser. Si ha ganado todo lo que ha ganado en
categorías de formación tanto con su club como con las correspondientes
selecciones debe de ser por alguna razón. Los que conocen a Ricky desde sus
años de premini saben que no es el típico jugador vago que se ciega por los
resultados. Es inconformista y siempre quiere más.
Su bajo rendimiento en el
Regal FC Barcelona durante su última temporada en el equipo puede tener una razón
nada descartable. El juego del Barça no pasaba por la confianza en el jugador
debido a que la referencia en el equipo es Juan Carlos Navarro. Ni los sistemas
ni el entrenador tenían la confianza puesta en el jugador y eso se podía ver
cuando llegaba a campo de ataque y soltaba el balón. Cuando esto ocurría ya no
volvía el balón y en las ocasiones que llegaba de nuevo debía decidir si lanzar
o no.
Si comparamos el juego y
la confianza en él del Barça y de los Wolves nos damos cuenta de que ahora
cuenta con la confianza del entrenador y ello revierte en su desparpajo y
confianza a la hora de salir a la pista. El juego del equipo, en ese momento,
podemos decir que gira en torno a él y ese bloqueo directo con el que inicia el
juego y a partir del cual se construye el juego del equipo.
No me sorprende cómo está
jugando ya que lo está haciendo de la misma manera que lo ha hecho siempre. Siempre
había dispuesto de la confianza de su entrenador y de sus compañeros. No hay
que olvidar la juventud de Ricky y la presión a la que ha sido sometido desde
que debutó en ACB de la mano de un maestro como Aíto.
Para finalizar pienso que
es importante el trabajo que ha estado haciendo durante este verano, durante el
lockout. Ha hecho un trabajo de mejora de su mecánica de tiro y sus porcentajes
han aumentado considerablemente. Ha estado trabajando técnicamente y ha puesto
en orden sus ideas.
El cambio ha sido acertado
y a su manera de jugar le ha ido perfecta la competición americana, menos
presionante hacia el base y que permite pensar y decidir cuál es la mejor opción
de ataque.
Creo que con la juventud
que tiene y el nivel demostrado hasta el momento puede ser un referente en el
puesto de base en la NBA
en unos años, no olvidemos los 21 años que tiene.
1 comentario:
El talento no desaparece. Y un detalle: aquí y en la selección es un base, el que sube la bola. En EEUU es un "play maker", creador de juego,cosa que se ajusta perfectamente a su perfil.
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