lunes, 15 de septiembre de 2014

El poder de la actitud



Mucho se ha hablado y escrito sobre la actitud, sobre la trascendencia que tiene en el “resultado” cuando existe esa actitud y sobre qué te da o te quita. Jugadores con buena actitud pero limitados técnicamente que superan con creces a jugadores técnicamente muy buenos pero con una mala actitud. Voy a intentar plasmar mi pensamiento en este post después de acabar unas fases para jugar al máximo nivel con el infantil del club, en el que tengo el inmenso placer de formar parte del cuerpo técnico.

Estamos, desde hace ya algunos años, en un momento en que cuesta mucho que los jóvenes jugadores vean y entiendan que para mejorar es necesario el esfuerzo y una buena actitud. Quizás por ello es por lo que cuando encuentras un equipo en que todos sus miembros se esfuerzan día a día por mejorar ellos e intentan que el compañero también lo haga te sorprendes. ¿Por qué es tan difícil hacer entender que sin esa buena actitud, sin ese trabajo y sin ese esfuerzo no se evoluciona? Los jóvenes de ahora piensan que ya saben lo necesario para jugar al máximo nivel. Piensan que pueden dejarse ir en los entrenamientos y luego jugar los partidos a un gran nivel. Probablemente sea producto de la cantidad de cosas a las que tienen acceso sin esfuerzo en la actualidad. Están acostumbrados a pedir las cosas y tenerlas sin tener que trabajárselo en absoluto. Como padre que soy me doy cuenta de lo fácil que se les pone a los jóvenes actualmente para que puedan tener acceso a todo o a mucho de lo que desean. Quizás sea por esa razón por la que entienden que no necesitan esforzarse para conseguir un buen nivel cuando se trata de deporte. Pero precisamente por eso, porque es deporte, es por lo que se equivocan ellos y muchas veces también los padres.

Es muy difícil entrenar un grupo de jugadores que no cree que el esfuerzo y la buena actitud sea el camino para la mejora personal y grupal. Se hace inmensamente complicado el tratar de hacer entender cómo deben entrenarse.


En el caso que me ocupa, que es un equipo infantil de nueva creación en el club, estoy gratamente sorprendido precisamente por esa actitud, esas ganas de querer mejorar cada día, no darse por vencido nunca ante las adversidades. Como decía antes no hay mayor satisfacción que ver a los jugadores luchando en cada acción, no dando ningún balón por perdido por difícil que sea, tanto en los partidos como en los entrenamientos.

Hemos jugado unas fases este fin de semana en las que han derrochado intensidad en cada acción, han luchado todos y cada uno de los balones sueltos, contra jugadores físicamente mucho más grandes pero han ganado esos balones en la mayoría de ocasiones por la actitud mostrada. Incluso en momentos complicados por ausencias de jugadores por lesiones o faltas han continuado luchando y creyendo en ellos mismos. Solamente puedo expresar mi satisfacción por la lección de saber estar que han dado estos jugadores durante todo el fin de semana, sobre todo en los momentos complicados.