Mucho se ha hablado y escrito sobre la
actitud, sobre la trascendencia que tiene en el “resultado” cuando existe esa
actitud y sobre qué te da o te quita. Jugadores con buena actitud pero
limitados técnicamente que superan con creces a jugadores técnicamente muy
buenos pero con una mala actitud. Voy a intentar plasmar mi pensamiento en este
post después de acabar unas fases para jugar al máximo nivel con el infantil
del club, en el que tengo el inmenso placer de formar parte del cuerpo técnico.
Estamos, desde hace ya algunos años, en
un momento en que cuesta mucho que los jóvenes jugadores vean y entiendan que
para mejorar es necesario el esfuerzo y una buena actitud. Quizás por ello es
por lo que cuando encuentras un equipo en que todos sus miembros se esfuerzan
día a día por mejorar ellos e intentan que el compañero también lo haga te
sorprendes. ¿Por qué es tan difícil hacer entender que sin esa buena actitud,
sin ese trabajo y sin ese esfuerzo no se evoluciona? Los jóvenes de ahora
piensan que ya saben lo necesario para jugar al máximo nivel. Piensan que
pueden dejarse ir en los entrenamientos y luego jugar los partidos a un gran
nivel. Probablemente sea producto de la cantidad de cosas a las que tienen
acceso sin esfuerzo en la actualidad. Están acostumbrados a pedir las cosas y
tenerlas sin tener que trabajárselo en absoluto. Como padre que soy me doy cuenta
de lo fácil que se les pone a los jóvenes actualmente para que puedan tener
acceso a todo o a mucho de lo que desean. Quizás sea por esa razón por la que
entienden que no necesitan esforzarse para conseguir un buen nivel cuando se
trata de deporte. Pero precisamente por eso, porque es deporte, es por lo que
se equivocan ellos y muchas veces también los padres.
Es muy difícil entrenar un grupo de
jugadores que no cree que el esfuerzo y la buena actitud sea el camino para la
mejora personal y grupal. Se hace inmensamente complicado el tratar de hacer
entender cómo deben entrenarse.
En el caso que me ocupa, que es un
equipo infantil de nueva creación en el club, estoy gratamente sorprendido
precisamente por esa actitud, esas ganas de querer mejorar cada día, no darse
por vencido nunca ante las adversidades. Como decía antes no hay mayor
satisfacción que ver a los jugadores luchando en cada acción, no dando ningún
balón por perdido por difícil que sea, tanto en los partidos como en los
entrenamientos.
Hemos jugado unas fases este fin de
semana en las que han derrochado intensidad en cada acción, han luchado todos y
cada uno de los balones sueltos, contra jugadores físicamente mucho más grandes
pero han ganado esos balones en la mayoría de ocasiones por la actitud
mostrada. Incluso en momentos complicados por ausencias de jugadores por
lesiones o faltas han continuado luchando y creyendo en ellos mismos. Solamente
puedo expresar mi satisfacción por la lección de saber estar que han dado estos
jugadores durante todo el fin de semana, sobre todo en los momentos
complicados.