Estoy viviendo otro final de
temporada, otro final, como muchos otros desde hace ya 29 años, en el que
intento empezar otra etapa con un nuevo grupo al tiempo que sigo con otro equipo
al que he tenido el placer de entrenar durante la última temporada. En el caso
del grupo con el que ya he trabajado esta temporada es un punto y seguido en el
trabajo que planificamos hace justo un año, cuando cogimos las riendas de este premini que tantas satisfacciones nos ha dado.
En el caso del otro grupo, con el
que empezamos a entrenar ahora, hay un importante trabajo que hacer en cuanto a
composición del equipo, dado que hay algunas bajas obligadas de jugadores que
son más jóvenes y deben quedarse a jugar con el grupo que sube a mini. Un
trabajo importante que concluirá con la composición final del equipo de trabajo
para las próximas temporadas.
Llegados a este punto de la
temporada, tengo el placer de poder dirigir, por cuarto año consecutivo el
Campus de verano que se organiza en el Colegio Sant Antoni de Pàdua (Salesians)
de Mataró y que este año comparte organización con el club en el que desarrollo
mi actividad como entrenador, la Unió
Esportiva Mataró. Este campus, creo, tuvo el año pasado su
mejor nivel de asistencia en los últimos años, cosa que me alegra mucho porque
significa que debemos estar haciendo alguna cosa bien. Como todo, en este mundo
del baloncesto, tiene detractores que aparecen cuando menos te lo esperas y de
donde menos te lo esperas. Pienso que los hechos demuestran que las cosas se
deben estar haciendo, por lo menos mejor que otros eventos de la misma índole
que tenemos cerca, ya que en estos casos el nivel de asistencia ha bajado a
diferencia del nuestro. Por esta razón me encuentro realmente satisfecho, tanto
de la asistencia a nuestro campus como de los entrenadores y monitores que
tengo, desde hace años trabajando en él. Estos entrenadores han demostrado con
creces que lo que realmente les importa es el trabajo que hacen con los
jugadores, y promocionan el campus todo lo que pueden porque realmente lo
sienten así.
Es curioso que este año hayamos
tenido una avalancha de peticiones para poder estar como entrenadores o como
ayudantes en nuestro campus, hecho que también denota que debemos hacer algo
bien aunque a algunos les pese.
Quería escribir este pequeño post
porque, como en todo lo que funciona en este mundo del baloncesto, hay gente
que se dedica a intentar intoxicar con acusaciones gratuitas que no vienen al
caso y que lo único que demuestran es que existe una envidia hacia nuestro
proyecto. Me hace creer todavía más en lo que hago tener este tipo de
“interferencias” pero prefiero hablar con mi trabajo, que creo ha sido en estos
29 años todo lo correcto que he podido, nunca he engañado a nadie y creo que
puedo ir con la cabeza bien alta porque siempre he puesto por delante la
formación de todos los jugadores a los que he tenido el placer de llevar. Entiendo
lo que hago como un trabajo de formación constante del jugador. Habitualmente
llevo jugadores jóvenes que tienen por delante muchos años de baloncesto por lo
que creo que el trabajo que hacen es importantísimo porque será la base sobre
la que deberán trabajar para llegar a ser mejores jugadores y personas.
Me sorprende los cambios de
actitud de la gente sin pararse a pensar en
“sus” actos, tan sólo en los que hacen los demás sin valorar los que hacen
ellos. ¿Solamente soy colega cuando la gente me sigue el rollo? ¿Podemos criticar
a un “compañero” sin ningún tipo de miramiento porque no hace lo que yo creo ni
como yo creo que se debe hacer? Cada uno hace lo que cree y por lo que cree.
Con los años he aprendido que cualquiera te puede defraudar en el momento que menos te lo esperas pero también he
aprendido que esas personas quizás no merecían la pena. La edad te enseña y te
aporta experiencias, y te muestra las cosas que valen la pena de captar tu
atención.
Algo debemos estar haciendo
correctamente cuando las cosas funcionan como lo hacen.
Buenas vacaciones!!!
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