En
este punto de la temporada tengo la convicción de que el grupo tiene nivel para
llegar muy lejos pero ¿tiene la actitud? Hace unos días jugamos un partido
importante contra un equipo con el que nos jugábamos la segunda posición del
grupo y con ello un cruce un poco más “asequible” a simple vista. El partido
tuvo dos caras bien diferenciadas, por un lado los primeros 5 períodos en que
ellos nos arrasaron literalmente hasta colocarse a 38 puntos de diferencia y
por otro lado los 3 últimos períodos en que nos conseguimos colocar a tan sólo
8 puntos de diferencia. Finalmente el partido lo perdimos por -12.
Tras
el partido, después de poder pensar y analizar lo que ocurrió tuve claro lo que
pasó y tuve claro lo que no pasó… Siempre he creído que lo más importante, no
sólo en el baloncesto sino en todo lo que hacemos, es la actitud con la que
acometemos cualquier objetivo. Creo que habré repetido esa frase miles de veces
a todos los equipos que he llevado. Tenemos un equipo con jugadores con
talento, unos más que otros, pero ese talento en sí mismo y sin nada más no te
proporciona nada. Hay multitud de jugadores con talento repartidos por todos
los equipos y todos los niveles posibles pero ese talento sin un trabajo, sin
una buena dirección no sirve para nada.
El
lunes después del partido vi un mensaje que el entrenador del equipo contrario
había dejado en el twitter de nuestro equipo deseándonos mucha suerte en el
tramo final de temporada. Debo decir que de todos los entrenadores con los que
me he encontrado durante esta temporada es el único capaz de mostrar una
característica importante bajo mi punto de vista, humildad. Esa humildad se ve
reflejada en su equipo, en el comportamiento de su equipo en la pista i en cómo
encaran los partidos. Le contesté a aquel tweet felicitándolo por el partido,
aunque ya lo habíamos hecho ambos tras acabar el partido, y deseándole mucha
suerte en lo que queda de temporada. A los pocos minutos me contestó con otro
mensaje en el que valoraba nuestro esfuerzo en la segunda parte y dando por
seguro que con ese trabajo podíamos competir con cualquiera de los “grandes” y
que terminaba diciendo “Ganar es una actitud”. Que gran verdad!!! Sobretodo
cuando la calidad de los jugadores está al nivel de los mejores.
Estamos,
pues, en un punto de la temporada en que el entrenador ha de tomar una serie de
decisiones, en mi caso más de las que hubiese querido y me doy cuenta de que
nadie sabe lo que siente el entrenador, ese individuo que se sienta en el
banquillo, ese individuo al que todo el mundo cuestiona por cada decisión, ese
individuo que no tiene ni idea de lo que hace y aún así continua llevando ese
equipo…
Qué
fácil es llevar un equipo potente que puede competir al más alto nivel… He oído
hasta que esos jugadores se llevan solos… Debo de ser el único que piensa que
un grupo necesita esa figura que guíe a los jugadores y ponga en orden las
ideas a la hora de entrenar y salir a la pista. La verdad es que hasta desde la
entidad que gestiona las competiciones deben pensar eso porque cambian los
reglamentos constantemente limitando cada vez más la intervención del
entrenador.
Los
árbitros nos avisan antes de empezar cada partido que no podemos dar
instrucciones a los jugadores entre períodos porque no hay descanso, solamente
hay tiempo de dar las salidas a la mesa de anotación. Nos han limitado los
tiempos muertos a 1 por parte (cada parte consta de 4 períodos de 5 minutos a
tiempo parado). Eso sí, los partidos ahora son interminables aunque lo de los
tiempos muertos era para que no se parase tanto el partido… Así pues, los
entrenadores solamente servimos para los entrenamientos, en la pista no podemos
actuar, no podemos dar instrucciones a los jugadores…
¿Realmente
se valora el trabajo del entrenador? ¿Quién valora ese trabajo? ¿El club? ¿Los
padres? ¿Los jugadores? ¿La
Federació ?
Tengo
la suerte de tener un equipo técnico conmigo que me ayuda mucho en mi trabajo y
que me apoya siempre en todo lo que hacemos, intento siempre que todo lo que
hacemos sea algo en lo que todo el equipo técnico participe, aunque al final
las decisiones las debe tomar el entrenador y la responsabilidad final recae
sobre el entrenador, por lo tanto, es el entrenador el que sabe lo que supone
esa responsabilidad de tomar las decisiones. Decisiones, éstas, que pueden ser
correctas o no, puesto que somos personas y, como todo el mundo, nos
equivocamos también.
En
todas las temporadas hay altibajos en todos los equipos y el trabajo del
entrenador es intentar minimizar esos momentos bajos lo máximo posible. En
nuestro caso hemos tenido esos altibajos igual que hemos tenido algún que otro
episodio negativo que nos debe hacer más fuertes ante lo que nos queda por
jugar. Al final la reflexión que hago es que nadie sabe de la soledad del
entrenador más que él mismo.
Finalmente
terminamos la fase regular en dos días en pista del líder del grupo, el FC
Barcelona Regal (13-0), y esperaremos el cruce para acceder a la final a 4.
Difícil cruce aunque creo que podemos solventarlo sea con quién sea. En espera
de ese cruce jugamos el I Torneo Nacional Infantil que organiza el BF Viladecans,
donde coincidiremos con algunos de los equipos que van a luchar por esa final a
4.
Esperemos
llegar lo más lejos posible.